Con tantas devoluciones de lo que iba a ser un equipo revolucionario, el equipo de ingenieros que lo desarrolló decide comenzar hacer análisis y tests para determinar donde esta el origen de los problemas. Análisis y tests que debían haber hecho antes de sacar el producto, pero que no realizaron por falta de tiempo (según declaraciones posteriores de Sander, el fallo del Apple III fue que no se le dio unos nueves meses para completar su desarrollo de forma correcta). Siendo estos problemas públicos, Apple decide reducir la promoción del ordenador así como su producción (incluso llegan a paralizarla temporalmente).

Sería deshonesto por mi parte sentarme aquí y decir que es perfecto

Mike Markkula en una entrevista al Wall Street Journal.

El principal problema del ordenador fue la actitud de Steve Jobs ante su diseño. Jobs no quería ningún ventilador en el ordenador, decía que quedaban antiestéticos, eran ruidosos y además incrementaban la interferencia electromagnética (uno de los grandes problemas del Apple II). Pensaba que el chasis del Apple III, diseñado completamente en aluminio ayudaría a refrigerar todos los circuitos electrónicos de su interior. Al mismo tiempo, con el punto de vista fijado en el diseño, forzó a los ingenieros a meter todos los componentes electrónicos en espacios pequeños sin ningún tipo de ventilación posible. De todas formas, en defensa de Steve Jobs, cabe decir que fue este tipo de espíritu y énfasis en el diseño del producto lo que llevaría a la creación y éxito del Macintosh.

Interior de un Apple III

El calor producido por los chips y su falta de un sistema efectivo de refrigeración hacía que estos comenzasen a dilatarse por el calor. Esto provocaba que algunos de ellos se saliesen de sus sockets, haciendo que el ordenador dejase de funcionar repentinamente. Apple incluso llegó a recomendar a los dueños de los equipos una posible solución: «levantar el ordenador unos 15 cm por su parte frontal y que lo soltasen dejándolo caer por su propio peso». Se esperaba que de esta forma los chips volviesen a su posición correcta dentro del socket gracias al golpe recibido contra la mesa.

Parte de atrás del Apple III

La leyenda dice que Dan Kottke era conocedor de algún problema de este tipo en el Apple III antes de que saliese al mercado. Mientras trabaja en un prototipo que dejó de funcionar repentinamente, en un momento de frustración, lo golpeó y este volvió a la vida repentinamente. Kottke sospechaba de algún tipo de mala conexión. Decidió que él, como uno de los low-enginers de la empresa (denominación que daba Steve Jobs al personal poco importante que no merecía participación en las acciones de la empresa que hicieron millonarios a muchos, a pesar de ser uno de los primeros empleados de la misma), no era quién de indicarle a las autoridades superiores un fallo de diseño de ese estilo.

Pero para desgracia de Apple, la falta de ventilación no era el único problema del Apple III. Algunos cables producían cortocircuitos, al no usar oro para los conexiones estas no eran fiables y el diseño de las placas base tenía fallos graves. Para su diseño se utilizó un programa de CAD-CAM para facilitar el trabajo, pero creó unas placas de circuito impreso con líneas muy juntas, haciendo que durante el proceso de fabricación muchas de las soldaduras provocasen cortocircuitos. Se tuvo que rehacer el diseño de los circuitos impresos a mano para poder solventar esos problemas.

Placa base del Apple III

Por si todo lo anterior no fuera poco, el chip de reloj de National Semiconductor funcionaba mal, haciendo haciendo las funciones de calendario y agenda completamente inútiles. El 10 de Febrero del año 1981 Apple decide hacer público que desactiva la funcionalidad de reloj de los Apple III (el chip estaba soldado en placa y no se podía cambiar) y que baja el precio de los ordenadores a 4.190 dólares, devolviendo 50 dólares a la gente que lo compró anteriormente dado que el equipo no cumplía con las características anunciadas.

En Marzo de ese año, el Apple III empieza a ser distribuido en grandes volúmenes. Se estima que el 20% de las máquinas salían de fabrica completamente inservibles, el resto de las que funcionaban fallaban al poco tiempo.

Ante dicha situación, Apple decide actualizar el modelo el 9 de Noviembre del 1981. Se incremente la memoria RAM a 256 KBytes de RAM y el precio baja a 3.495 dólares. Se añade una opción de un disco duro externo de 5 MB (algo realmente interesante, dado que IBM acaba de sacar al mercado su PC y se vendía sin disco duro, eso sí, considerablemente más barato y sin problemas).

Tal y como estaba el panorama Apple comienza a cambiar Apple III defectuosos por modelos nuevos. Esto se hace bajo la política de no hacer preguntas, traías tu Apple III estropeado y se te daba un modelo nuevo de los anunciados el 9 de Noviembre. Se estima de que los 7.200 Apple III iniciales vendidos, Apple cambió de esta forma unos 2.000. Al final de toda la vida del Apple III, Apple cambió más de 14.000 ordenadores.

A pesar de todos los intentos por Apple de salvar su nueva máquina, las cosas no iban bien. A diciembre del 2003 solamente se habían vendido 75.000 unidades, una cifra ridícula si comparamos con los 1,3 millones de Apple II vendidos (el Apple II seguía siendo el éxito de ventas de la compañía). La fama adquirida con las primeras unidades, junto con el escaso conjunto de aplicaciones nativas para la máquina y el bajo rendimiento cuando ejecutaba aplicaciones para el Apple II, hicieron que la máquina no fuese vista con buenos ojos por mucha gente.

Apple anuncia que lo ha conseguido, pero no es cierto

Steve Wozniak hablando de la emulación del Apple II en el Apple III.

Apple III Plus

En un último intento de salvar las cosas, Apple lanza al mercado el Apple III Plus. Una máquina con 256KBytes de RAM, un reloj interno que funcionaba, nueva placa base, SOS 1.3, vídeo intelacing y mayores posibilidades para conectar más periféricos a un precio de 2.995 dólares. El Apple III Plus llegaría demasiado tarde. El 24 de abril de 1984 Apple decide dejar de fabricar y vender el Apple III para centrarse en sus dos nuevos productos: Lisa y Macintosh (Lisa sería se segundo mayor fracaso de Apple y al Macintosh le costó pillar vuelo hasta convertirse en un producto clave de la compañía, mientras tanto el Apple II mantenía las cuentas saludables).

Más información en

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Fallos de traducción

por davidgp el 23/04/2008

Mistranslations

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Naomi Klein sobre el cambio social

por davidgp el 23/04/2008

En esta entrevista, Naomi Klein comenta los motivos que la llamaron a convertirse en activista, cómo creía ella que era la mejor forma de ayudar a crear cambio social, y cuales son alguno de los problemas de nuestra sociedad actual (especialmente centrada en Estados Unidos)

Vía: Boing Boing.

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Cuando Apple inicia el proyecto para dar vida al Apple III (1978), ya ha pasado algún tiempo desde que Steve Jobs y Steve Wozniak comenzaron su andadura empresarial con el Apple I, y su segundo producto, el Apple II es todo un éxito de ventas. Apple ya no es la compañía que nació en la habitación de Steve Jobs y después se trasladó al garaje de sus padres. Es una empresa con un producto que vende bien y esta a punto de sacar su primera oferta pública de acciones.

Pero la junta directiva de Apple no se fia de la durabilidad del Apple II. A pesar de que durante el año 1978 vendieron 35.000 unidades del mismo (cuatro veces más que el año anterior), creen que el producto tiene como mucho dos años más de vida (curiosamente sería el producto que mantendría a flote a la compañía durante los años 80, después del fracaso del Apple III, Lisa y las escasas ventas iniciales del Macintosh). Ante este panorama, los directivos de la compañía deciden iniciar varios proyectos para conseguir un digno sucesor a su gallina de los huevos de oro.

Apple III

A finales del año 1978, la dirección de la compañía encarga a Wendell Sander crear un grupo de trabajo para iniciar el desarrollo del proyecto que daría lugar al Apple III. El proyecto es denominado internamente «Sara,» el nombre de la hija de Sander. Por aquellos años, Apple tenía la costumbre sexista de poner a todos sus proyectos nombre de mujer, usualmente nombres de novias, mujeres o hijas de alguno de los directivos o ingenieros del proyecto. La excepción más notable de esta costumbre fue un proyecto bajo el nombre de «Macintosh,» pero esa es otra historia.

La idea de la junta directiva era que el proyecto estuviese contemplado en un único año de desarrollo (al final llevaría dos). Iba a ser el primer ordenador diseñado por Apple como compañía con una orientación hacia los negocios. A diferencia de los dos anteriores, el Apple I y Apple II, diseñados exclusivamente por Steve Wozniak siguiendo un proceso de diseño de prueba y error para crear el ordenador de sus sueños, este iba a estar diseñado por un comité y un grupo de ingenieros que implementarían los requisitos de dicho comité.

Interior de un Apple III

Los ingenieros no estaban muy cómodos con los requisitos que se les imponían para la máquina, creían que les quitaba libertad para hacer las cosas bien. Algunos requisitos eran muy generales, cosas como que la pantalla debía ser capaz de mostrar 80 columnas y la capacidad de distinguir textos en mayúsculas y minúsculas, cosa que por aquel momento el Apple II no era capaz de hacer. Sin embargo, el requisito de que fuese compatible hacia atrás con el Apple II supuso un gran handicap para el desarrollo del Apple III.

La idea del comité era que, siendo compatible con el Apple II, el Apple III tendría acceso a una gran cantidad de software ya desarrollado, haciendo que el producto fuese más útil y atractivo ante los ojos de los posibles compradores. Para hacer sencillo el proceso de compatibilidad, sin tener que recurrir a complejas técnicas de emulación, se decidió utilizar el mismo procesador que el Apple II, el 6502, un procesador que ya comenzaba a mostrar su edad frente a otras soluciones de la época. A parte del procesador, el sistema gráfico también sufrió para mantener la compatibilidad, Wozniak había hecho unos curiosos hacks en los años previos durante el diseño del sistema gráfico del Apple II, lo cual suponía un quebradero de cabeza para el equipo de desarrollo del Apple III.

Apple III

Dan Kottke será el encargado de crear los circuitos impresos a partir de los diseños de Sander, lo cual da lugar al primer prototipo funcional durante el año 1979. En ese momento es creado el equipo que desarrollará el software para el Apple III. Para que fuese un sistema moderno, es necesario superar una de las limitaciones del procesador 6502, este solamente permite direccionar 64Kbytes de memoria RAM. Gracias a una inteligente idea de Sander el problema es resuelto. Sander crea la técnica de Bank Switching, el ordenador tendría varios bancos de 64Kbytes de memoria RAM y era misión del sistema operativo saber en cada momento a que banco debía indicarle al procesador que accediese para leer los datos que necesitaba. De esta forma se consegue crear máquinas con 128 o 256 KBytes de memoria (más adelante, en las últimas encarnaciones del Apple III, esa cantidad es incrementada hasta 512 KBytes).

Anuncio Apple III

El 19 de Mayo de 1980 Apple decide anunciar públicamente el Apple III. La compañía se gasta 42.000 dólares en alquilar Disneyland y convoca a la prensa. Se anuncia que la máquina estará disponible próximamente en dos configuraciones, una por 4.340 dólares y la otra por 7.800 dólares, mucho más caro que los ordenadores CP/M de la época, pero más o menos un precio similar a un Apple II con todos los accesorios que la gente compraba a parte y que venían de serie con el Apple III. Sus características: un procesador Synetek de 8 bits modelo 6502A a 2 MHz (el doble de rápido que la versión del procesador que montaba el Apple II), 128 KBytes de RAM, una unidad de disco de 5,25 pulgadas y de una capacidad de 143 KBytes. Era capaz de mostrar 24 líneas de texto en 80 columnas o gráficos bitmap de una resolución máxima de 560×192 píxeles con un máximo de 16 colores diferentes. Tenía una tarjeta de sonido de 6 bits y un teclado numérico. Apple comenta que cada máquina vendrá con el Sophisticated Operating System (SOS), un procesador de textos, una hoja de cálculo y una versión mejorada de BASIC. A parte, Apple III tiene integrado un chip de reloj interno desarrollada por National Semiconductor que le permite usar aplicaciones de tipo agenda y reloj.

El Apple III está diseñado para tener una vida útil de 10 años.

Mike Markkula en una entrevista al Wall Street Journal.

Pero al contrario que la dirección de la compañía y los responsables de marketing, el equipo de ingenieros no estaba muy conforme con el anuncio del producto, creen que todavía no estaba listo para su lanzamiento. Sander da el visto bueno para el anuncio pensando que, al tener listos varios prototipos y que el desarrollo del software marchando a buen ritmo, podrían conseguir alcanzar la fecha de entrega de la máquina. Por el contrario, la prensa recibe encantada el anuncio, estiman que Apple volverá a repetir su éxito del Apple II.

Es también el ordenador del aficionado definitivo. El Apple III esta concebido para rellenar los huecos en el Apple II. No remplazará al Apple II de ninguna forma. Esta diseñado para mejorarlo.

Steve Jobs en una entrevista a Byte.

Unos meses después Apple sale públicamente a bolsa, según los directivos de la compañía, el anuncio de una nueva máquina tan bien recibido hará que las acciones se vendiesen mejor. Mucha gente en Apple se hizo multimillonaria de la noche a la mañana ese día.

Desde los tiempos de Eva una manzana nunca había sido tan tentadora

The Wall Street Journal

Pero la realidad será completamente distinta a lo que todo el mundo pronosticaba. Nada más salir el Apple III al mercado (la salida se retrasó a finales de año por problemas en el proceso de producción), los compradores devolvían las máquinas a los distribuidores quejándose de que fallaban misteriosamente. Los distribuidores obviamente llamaban a Apple para pedir explicaciones. Empezaba a finales del año 1980 la primera pesadilla para la compañía de la manzana.

Infinitas, cantidades incalculables

Steve Jobs comentando la cantidad de pérdidas que produjo para la compañía el Apple III en una entrevista a Playboy.

Más información en

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Vale, es cierto, de mi cumpleaños ya pasó más de un mes, pero es lo que tiene que te compren las cosas por correo, llegan cuando les da la gana y con retraso.

Ya llevo leído una buena porción del libro, y aunque me reservaré unas opiniones más extensas para más adelante, hay que decir que el libro me esta gustando mucho. Si queréis conocer la historia de Apple, este es un buen comienzo. De todas formas, en 300 páginas no se pueden contar de forma detallada la vida de una compañía que ya tiene sus 30 añitos, y puede que algunas historias os dejen con ganas de saber más detalles.

Apple Confidential 2.0

De la contraportada

Apple Confidential 2.0 chronicles the best and the worst of Apple Computer’s remarkable story. Follow the company as it grows from upstart media darling to industry-leading powerhouse, falters under a series of disastrous executive decisions, takes its licks as technology whipping boy, and rebounds to profitability through innovation.

This substantially revised second edition contains over 60 pages of new material, including several completely new or greatly revised chapters, as well as hundreds of fresh photos, illustrations, quotes, and timelines.

Get the inside scoop on the people who made Apple an icon:

  • The forgotten founder who walked away from a half a billion dollars.
  • The CEOs who oversaw the company’s rise, fall and resugence.
  • Steve Wozniak’s adventures, including US Festivals and Wheels of Zeus.
  • Steve Jobs’ experiences in exile at NeXT and Pixar, plus his triumphant return to Apple.
  • Jonathan Ive’s brilliance as the industrial designer of the revolutionary iMac and iPod

An full coverage of the products that blazed a trail of innovation

  • The trials and tribulations of creating the original Macintosh
  • Details of the development of the Apple I, II and III, Lisa, Mac clones, Mac OS X, Newton, NeXT, and Windows
  • How the iPod and iTunes are rocking the music world.
  • A comprehensive timeline of every Macintosh model ever realesed and an extensive list of secret product code names.

By diggin into forgotten archives, interviewing key players, and reading virtually everything ever written about Apple, Linzmayer separates fact from fiction to present the definitive history of the world’s most colorful company. Whether you’re a Mac fanatic, an Apple enthusiast, or a business or technology history buff, you’ll find that Apple confidential 2.0 is one of the most entertaining and informative books you’ll read this year.

Owen Linzmayer is a San Francisco-based user-interface designer and freelance writer who has coverd Apple Computer for over two decades. He is the author of four Macintosh-related books and has contributed to every major Apple II and Macintosh publication.

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Image of Letter to a Christian NationDespués de que Sam Harris escribiese su novela The End of Faith comenzó a recibir un montón de correos de gente expresando su rechazo por lo que había escrito. Muchos de ellos citaban la biblia como fuente de referencia de por qué se equivocaba, y muchos otros eran de todo menos amables cartas expresando una opinión contraria. Para contestar todo aquellos que le echaban en cara decidió escribir un pequeño libro o carta, Letter to a Christian Nation, especialmente dirigido a la derecha cristiana de Estados Unidos (supongo que la mayoría de la gente que le escribió cartas entran dentro de esta categoría).

Como la biblia era usada como argumento en contra a sus ideas gran parte del texto se dedica a analizar este libro. Muestra ejemplos donde unos escritos se contradicen entre otros. Escritos que fueron utlizados para justificar cosas como la esclavitud o la santa inquisición. Le parece curioso que se use el sentido común para discernir los mensajes importantes en la biblia de los que no lo son para crear la «moral cristiana» y después se diga que realmente la biblia es la que te indica las cosas que son morales y cuales no.

Y hablando de moral califica que esta moral es dudosa. Cosas como que es mejor moralmente promover el no uso del preservativo mientras en zonas como Africa mucha gente muere de sida. Oponerse en contra a la investigación en células madre cuando puede ser la clave para curar un sin fin de enfermedades. Y obviamente, mientras se habla de estos últimos temas relacionados con la ciencia, se toca la famosa teoría del diseño inteligente, teoría que creen un gran número de personas en Estados Unidos.

Para finalizar con el tema de la moralidad se afirma que realmente no hace falta tener o creer en un Dios para hacer el bien. La gente no creyente por no tener un Dios que lo guíe por el camino correcto no quiere decir que sea malvada o carente de moral, eso es una falsa creencia.

De la contraportada

«It’s a shame that not everyone in this country will read Sam Harris’s marvelous little book. They won’t, but they should.» – Leonard Susskind, professor of theoretical physics, Stanford Univesity, author of The Cosmic Landscape.

«Reading Harris’s Letter to a Christian Natian was like sitting ringside, cheering the champion, yelling ‘Yes!’ at every jab. For those of us who feel drepressed by this country’s ever increasing unification of church and state, this little book is a welcome hit of adrenaline.» – Marc Hauser, professor of psychology, biology, and biological anthropology, Harvard University, author of Moral Minds.

«Sam Harris’s elegant little book is most refreshing and wonderful source of ammunition for those who, like me, hold to no religious doctrine. Yet I have some sympathy also with those who might be worried by his uncompromising stance. Read it and form your own view, but do not ignore its message.» – Roger Penrose, emeritus professor of mathematics, Oxford University, author of The Road to Reality.

Más libros leídos este año en Propósitos para el 2008: 50 Libros.

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Guías de CommonCraft Show

por davidgp el 21/04/2008

Hace tiempo que ya había visto la guía de Twitter in Plain English y me había encantado. En aquel momento no me había dado cuenta, pero CommonCraft Show tiene un montón de guías igualmente interesantes y divertidas. Aquí tenéis algunas de ellas

Wikis in Plain English

Social Bookmarking in Plain English

RSS in Plain English

Y por supuesto, la mejor de todas, Zombies in Plain English

Me encanta la música de presentación de alguno de los capítulos, una composición digna de los mejores artistas.

Vía: Presentación Zen

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Para matar el tiempo un domingo aburrido

por davidgp el 20/04/2008

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Minutos Músicales: I Will Survive

por davidgp el 19/04/2008

Este vídeo ya lo había visto en la charla de Larry Lessig en TED, pero aprovecho para volverlo a poner gracias a CP.

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Breve visita a Glasgow

por davidgp el 18/04/2008

Por motivos de mi trabajo en mi tesis, me tuve que desplazar a Glasgow hace dos fines de semana. Como eso chocaba con mi trabajo actual tuve poco tiempo para visitar la ciudad, un único día libre por ella, el otro lo dediqué la workshop al que iba y otros dos en viajar desde Santiago de Compostela, que las conexiones entre ambas ciudades la verdad es que son desastrosas.

El viernes casi de noche llegué a Glasgow. Después de tomar un bus entre el aeropuerto y al centro de la ciudad llegó el momento de buscar el hotel. No tenía guía ni mapa de Glasgow, solamente lo que venía en mi móvil. Así que allí iba yo con móvil en la mano moviéndome por la ciudad. Pero parece que eso no era muy buena idea. Una persona me paró en medio de la calle y me dijo que así podía correr el peligro que grupos de jóvenes me robasen el móvil. A pesar de que yo soy muy confiado para estas cosas, decidí sacar el móvil lo mínimo posible, más que nada por que era mi única herramienta para no perderme. Tengo que decir que en ningún momento tuve problemas, ni me sentí para nada inseguro en la ciudad.

Cuando ya era de noche llegué al hotel. En teoría yo había alquilado habitación en un hotel de 3 estrellas, pero aquello parecía más un bed&breakfast que un hotel. Una amable señora me dio la llave de mi habitación y la llave de la casa. La única persona que vi trabajando en el hotel en todo el tiempo que estuve allí fue esta señora. Ella era la que preparaba el desayuno, preguntándote enésimas veces si querías repetir cualquier cosa. Daba las llaves a los inquilinos. Te preguntaba al llegar como te había ido el día. Te prestaba paraguas. Y aún por encima, tenían wifi gratis. Eso sí, la cama era de estas que si te movías un poco te caías por un lado.

Hotel Albion

Al día siguiente toco visitar la ciudad. Mi única referencia para cosas interesantes era Wikitravel – Glasgow. Ya me tenía preparada una pequeña ruta para ir en orden viendo cosas desde mi hotel. Como siempre lo ideal y lo que después me dio tiempo hacer varió un poco.

Lo primero que me pasé a ver fue el Glasgow School of Art, edificio del arquitecto Charles Rennie Mackintosh. La verdad es que no me gustó mucho.

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Después de ese edificio te acercabas a una zona peatonal, llena de tiendas y de gente. En el medio de la zona estaba el The Glasgow Royal Concert Hall, con una gran pantalla anunciando todo tipo de actuaciones, tanto en ese edificio como en los alrededores.

The Glasgow Royal Concert Hall

Curiosamente, en una tienda de cómics, libros de ciencia ficción y demás, estaba uno de los actores del Doctor Who para firmar autógrafos. Como había mucha cola y suelo pasar mucho de eso de conseguir el autógrafo de alguien, pues decidí que era mejor gastar mi escaso tiempo en otros menesteres. Eso sí, le saqué una foto a este puesto de capuchinos que a más de uno le parecerá gracioso.

Después de comprarme una batería extra para mi Macbook Pro -se me estaba muriendo la que tenía- me acerqué hasta la zona del río, lleno de puentes para cruzar a un lado y otro, y como es habitual, con una iglesia al lado que casi parecía una catedral.

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Y hablando de catedrales, eso fue lo siguiente que me fui a ver. Había una pequeña caminata, pero mereció la pena. La catedral dentro estaba vacía de cualquier cosa que no fuesen unos pocos turistas, me sorprendió que no hubiese nadie supervisando que ninguno de los que estábamos allí hiciésemos algo malo. La catedral de Glasgow debió ser ampliada en interminables ocasiones, una vez creías que ya la habías visto entera, aparecía una nueva habituación con una nueva capilla decorada de una forma completamente distinta.

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Ya se hacía tarde, y mi estómago me recordó que era mejor comer algo. Me pasé por uno de esos típicos sitios ingleses de bocadillos para tomar rápidamente y me puse de nuevo a hacer de turista. De esta vez me dirigí al parque Glasgow Green. Más que parque parecía un jardín enorme, pocos árboles había. En el medio del mismo estaba un pequeño invernadero, de estos típicos donde los británicos se dedican a la botánica. Tenía su cafetería en el interior, y como me apetecía un café allí estuve un rato disfrutando de la tranquilidad (el domingo vería el desde fuera el Jardín Botánico, llegue tarde y no puede entrar, debía tener cuatro veces el tamaño de este).

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Para cuando me marché del parqué ya se hacía de noche, así que me dirigí de regreso hasta el hotel dando una vuelta exageradamente larga y mirando un sitio donde cenar. Mi idea era preparar un poco la presentación que tenía que hacer al día siguiente. Bonito plan, pero no lo hice, dado que me dediqué a ver un poco como era la vida nocturna de la ciudad. Realmente me hubiese compensado preparar la presentación.

Al día siguiente tocaba ir al workshop a la Universidad de Glasgow. Curiosamente esta, está rodeada de una amplia zona residencial. Como la parte del workshop seguramente me aburriría hasta a mí, me abstengo de contarla. Ese día decidimos -yo y la gente del congreso- probar la comida de pubs ingleses, es decir, una buena hamburguesa de queso con patatas, comida sana que le llaman. Más interesante fue la cena de la noche, probé un Haggis vegetal, muy rico.

Al lunes toco volverse a Santiago de Compostela, lo cual casi no hago, dado que no me acordaba donde se pillaba el bus de vuelta al aeropuerto. Gracias a un amable conductor de bus que me llevó gratis hasta donde se cogía el Glasgow Flyer pude llegar sin problemas, tal vez con demasiado tiempo. Tenía que mandar unas cuantas postales, así que me dediqué a pensar algo original que escribir en ellas. No hubo demasiado éxito.

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