Esta es la quinta parte de la historia de Pixar, para acceder a las anteriores entregas pinchar en los siguientes enlaces: 1ª parte, 2ª parte, 3ª parte, 4ª parte y 5ª parte.
Había que conseguir más formas de traer dinero a Pixar, con dichos objetivo en mente, arreglan una reunión con Disney. Steve Jobs había preparado una complicada presentación para demostrar lo que hacían en Pixar a Jeffrey Katzenberg, responsable del departamento de películas de Disney. Tenía dos ordenadores, uno para mostrar software de negocios y en otro mostrando software de animación por ordenador. En ese momento comentó que con su software cualquiera en su casa podría hacer animaciones, gran error. Jeffrey Katzenberg le dijo a Jobs que parase su presentación, le dejó claro que no les gustaba el software que les mostraban, eso era arte, ellos dominaban la animación, y nadie desde su casa con un ordenador iba a venir a quitárselo.
Pero Disney estaba preocupada, a finales de los 70 principios de los 80 habían perdido un montón de joven talento, talento que se había marchado desilusionado con la mediocridad de las producciones de la época. Talento como Tim Burton o John Lassater. Este último, después de haber sido contactado por la Disney, se negó volver a ella comentando que no tenían los recursos para hacer su sueño, una película de animación por ordenador.
Pero los tiempos estaban cambiando, y Disney tenía miedo de que algún otro estudio se le adelantase, así que contactaron con Pixar de nuevo, esta vez con una oferta clara sobre la mesa, querían hacer una película de animación 3D. Meses pasaron sin que hubiese ningún progreso más en este proyecto, simplemente tenían la llamada de interés por parte de Disney. La situación económica de Steve Jobs iba a peor, lo que provocó más despidos en Pixar a principios de 1991, había que tomar medidas.
Como Disney parecía que se había olvidado de ellos, la gente de Pixar decidió empezar negociaciones con la Paramount y Warner Bross, en caso de que alguno de los dos estudios quisiese financiar una película de animación. Dichas charlas no fueron llevadas en secreto y las noticias de ello llegaron a oídos de Jeffrey Katzenberg, era lo que le hacía falta, tenían miedo de que Pixar se fuese con otro.
Se volvía a repetir la situación, por un lado de la mesa Jeffrey Katzenberg y por el otro Steve Jobs, en su atuendo de «artista» que lo caracteriza, jersey negro de cuello alto y pantalones vaqueros. Jeffrey Katzenberg empieza hablar, dejando claro que ellos, y nadie más, son con los que tiene que hablar Pixar, a parte de dejar claro que ellos serían los que llevarían la iniciativa en esta discusión. Pero Jobs decide jugársela, comenta que Pixar solamente está interesada en un acuerdo si es por 3 películas, no una como quería Disney, al precio de 22 millones por película. Sorprendentemente, Katzenberg estaba de acuerdo, con dos condiciones, por un lado solamente iban a pagar 15 millones de dólares por película (aquí se la jugaron a Jobs, por aquel entonces una película de Disney tenía un presupuesto entorno a 30 millones de dólares, ellos la estaban consiguiendo por la mitad) y Pixar no se llevaría ningún beneficio por la venta en vídeo. Steve Jobs lo había conseguido, había salvado Pixar, ahora solamente tenían que encontrar una historia para la primera película.
La producción de la película no sería sin incidentes. Pixar no estaba acostumbrada a la forma de trabajar de Disney, contratando y despidiendo al momento gente para ayudar a la producción de la misma. Se llevaron un buen susto cuando Disney decide paralizar la producción al haber un fallo en el guión, pensaban que iban a cancelar el proyecto, cuando simplemente era una forma por parte de la productora de dar tiempo a los guionistas de rehacer la historia sin seguir gastando dinero. Historia que sería responsabilidad de John Lassater, así como de dirigir la película, historia que volvería a estar centrada en juguetes, era el nacimiento de Toy Story.
Sin embargo, el incidente más desagradable para la compañía fue la marcha de Alvy de la compañía. A pesar de que Steve Jobs no se involucraba mucho con Pixar por aquel entonces, mantenía de una forma periódica unas reuniones con ellos. Durante esas reuniones había una norma no escrita, la pizarra blanca era propiedad de Steve, nadie más podía tocarla. El error de Alvy fue ese, empezó a escribir en la pizarra y Jobs explotó. Alvy, después del incidente, decidió abandonar la compañía, no se veía con fuerzas de aguantar otra posible situación como aquella, a pesar de que Jobs insistió en que se quedase. Alvy montó la empresa Altamira Software, que sería posteriormente comprada en 1994 por Microsoft donde Alvy entraría como empleado.
Enero de 1995, después de años de producción había llegado el momento de mostrar la película final. Disney había preparado una rueda de prensa en Manhattan, iban a mostrar a la crítica sus dos estrenos para este año, Pocahontas y Toy Story:
A dicho evento habían sido invitados Ralph Guggenheim como productor de la película y John Lassater como director. Al ver lo que había montado Disney inmediatamente llamaron a Steve Jobs, como dueño de la compañía tenía que asistir a esto. Steve no podía crear lo que veía, Toy Story parecía que iba a ser un éxito, a la prensa le encantaba, y él, él volvía a redimirse delante del público. Lo que sus amigos denominaban como su hobby iba a ser lo que salvase su carrera, su nombre, iba a ser lo que iba a demostrar que Apple no había sido su único y excepcional éxito, su otra compañía iba camino de la bancarrota, pero con Pixar volvía a ser el visionario que la prensa describía a principios de los 80.
Steve Jobs pasó en ese momento a tomar más control de Pixar, pero sobretodo empezó a utilizarla para volver a promocionar su carrera. En la premiere de la película, invitó a todo el mundo que conocía del mundo de los ordenadores personales para que volvieran a verlo en la cresta de la ola. En dicho evento se cruzó de nuevo Alvy, al que le comentó: «Cuando termines tus vacaciones en Microsoft, puedes volver cuando quieras a Pixar,» Alvy nunca aceptó dicha oferta.
Esta historio será continuada mañana, Domingo, con la publicación de la séptima y última parte de la historia.
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