De Santiago a Barcelona, nueva etapa en mi vida

Bien, mi vida ha dado un cambio significativo las últimas semanas, como siempre en estas situaciones, el principal resentido es el blog del que me olvido casi por completo. Pues bueno, cómo algunos ya sabíais desde finales de Septiembre estaba en el paro, y después de varios intentos de buscar trabajo, este me encontró a mí. Una persona con la que había trabajado anteriormente, y conocedora de mi situación personal, me hizo una oferta para ir a trabajar a Barcelona. Después de unas cuantas negociaciones decidí trasladarme de Santiago, ciudad natal y donde he vivido toda mi vida hasta ahora (salvo dos pequeños períodos de pocos meses en los que viví en Florencia) a tierras catalanas.

Como corría prisa mi incorporación al trabajo, los últimos días de Noviembre fueron una carrera, de entrada tenía que dejar todo preparado para mí primera exposición fotográfica, hacer una pre-mudanza de mi pisito de soltero en Santiago a la aldea (nunca te das cuenta de cuantas cosas acumulas hasta que las mueves), dar de bajar el alquiler del piso, ir hacer un par de trámites en las oficinas del paro, ver quién me prestaba sofá en Barcelona (muchas gracias Sandra!!!), billetes de avión, ver que llevar en el primer viaje, dar de baja servicios como mi conexión adsl, etc…

Ahora ya llevo una semana en Barcelona (literalmente, llegue el domingo pasado más o menos a esta hora), realmente una semana que para mí se ha hecho larguísima, cada día era una novedad que tenía que solventar. Lo principal, aclimatarme a mi nuevo trabajo, que por el momento va bastante bien, un poco perdido, pero bueno, lo normal de cuando se empieza algo nuevo. Lo más importante para mí, el ambiente de trabajo es agradable, a parte de que me gusta lo que estoy haciendo. Mientras tanto le estoy cogiendo el pulso a la ciudad, creando un mapa mental de la misma en mi cabeza y buscando un sitio fijo donde vivir.

La gente me decía que Barcelona era muy cara, y yo iluso de mí siempre pensaba que no sería para tanto. Y la verdad es que me he llevado una de cal y otra de arena (nunca sé cual de las dos es la buena), por un lado las cosas del día a día, comida, servicios, y demás, son más caros obviamente que en Santiago, pero dentro de lo razonable. Lo que sí es ridículamente caro son los alquileres. Y digo ridículamente caro por que los sueldos no son mayores que los de Santiago y eso hace que sea casi imposible para mucha gente poder pagar un alquiler en solitario. Yo como ya llevo casi 4 años viviendo solo, pues, y a pesar de un momento de debilidad, creo que voy a intentarlo. Ando a buscar un estudio para alquilar en Barcelona (si alguien sabe de algo cerca de la línea roja o el tranvía, que me avise), lo cual me recuerda a la situación que vive una amiga mía ahora mismo por Madrid.

Esta semana se culminó con un chasco. La huelga de los controladores me forzó a no poder pasar el puente en Galicia. El principal inconveniente es no poder aprovechar el viaje para traerme alguna que otra cosita más que echo de menos, sobretodo un libro de fotografía que empecé a leer y me estaba dando una serie de ideas para artículos que me apetece muchísimo explorar. ¡Pero que le vamos hacer! al menos Ryanair me devolvió el dinero del billete (la otra opción que me daban era volar el lunes o martes, lo que básicamente me servía para llegar a Santiago, cenar con mi familia y marcharme al día siguiente).

Pues nada, todo este rollo para contar aquí que a partir de ahora, las historias narradas en este blog serán contadas desde la Ciudad Condal. Por el momento estoy disfrutando de una exposición de fotos, y para el miércoles, creo que iré a ver la obra Carmina Burana al Palau de la Música.

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