Este es un libro que no deberías leer si piensas que el LHC va a destruir el mundo, o sí. Parte de la historia juega alrededor de esa posibilidad (aunque al final del libro el autor clarifica realmente lo que es ficción y lo que es realidad). Una trama política alrededor del control de LHC, con el prestigio científico de varias personas por el medio. Y por si eso no fuera poco, el autor se las maneja para liar a nuestros personajes en medio de una trama de espías con delincuentes y asesinos profesionales por el medio.
Da gusto que por una vez, no esté pillando los gazapos científicos que tiene la historia.
Una entrevista del autor (vía Pjorge)
De la contraportada
En el centro europeo de investigación nuclear, el CERN de Ginebra, está a punto de producirse uno de los avances científicos más importantes de todos los tiempos: el descubrimiento de un nuevo estado de la materia llamado plasma de quarks.
Sin embargo, la directora del CERN, Helena Le Guin, teme que junto a este plasma se estén formando fragmentos letales de materia extraña, capaces de iniciar una reacción en cadena que podría destruir el planeta.
Mientras Helena trata desesperadamente de hacer frente a la crisis, llegan a Ginebra Irene De Ávila, una joven y prometedora física teórica, y el mayor Héctor Espinosa, un militar americano destinado a la sede de las Naciones Unidas para trabajar en un proyecto ultrasecreto relacionado con la no proliferación de armas nucleares.
Comienza así una apasionante trama en la que convergen rivalidades científicas, arriesgadas operaciones de espionaje del más alto nivel y los avatares personales de los personajes. Una combinación de la que resulta un magnífico thriller, muy poco convencional por la alta calidad narrativa, que satisfará al lector más exigente.
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