una vez comprado el Nokia N95, no tardé mucho en caer y comprar un Nokia N800, aunque ahora mismo no estoy convencido de esta compra.
El N800 ha sido uno de esos aparatos que a veces he amado y otras veces he odiado. De vez en cuando hace lo que quieres y de forma rápida. Otras veces parece que los escasos recursos del dispositivo hace que se le atraganten las tareas que le mandas hacer. De todas formas, mi principal problema creo que es que no me ha compensado lo que gasté en él con respecto al uso que le he dado.