Estamos a mitad de mes y solamente faltan 14 días para que llegue el esperado producto de Apple a Estados Unidos, el iPhone. Voy a comentar aquí un par de impresiones.
Por el momento, la mayor parte del mundo lo único que puede hacer es ver como los estado unidenses prueban el cacharrito, ver si tiene fallos y si realmente hace lo que predice Apple. Mientras tanto, los europeos tendremos que esperar a finales de año, principios del que viene, para poder verlo por las tiendas, y menos mal, dado que un teléfono sin 3G, realmente no me parece interesante para las ofertas de datos que ofrecen las compañías por estos lares.
El hecho de que no tenga 3G realmente no me preocupa, estoy seguro de que Apple no es tonta, y sabe que por aquí le hará falta poner dicha opción, es más, por lo que le debe costar poner el chip y la antena, no creo que tengan muchos problemas. Donde considero que no sería un teléfono para mí, es en el factor, según parece, de que Apple no tiene la intención de vender los teléfonos libres. Yo llevo muchos años con una misma compañía, y me toca mucho la moral que los nuevos clientes se les haga más la pelota que a los fieles. El problema es que este no es algo exclusivo de mi compañía, sino de todas las que andan por aquí. Hace tiempo que tomé la decisión que yo cambiaría de compañía como quién cambia de zapatos, y sin firmar esos dichosos contratos de permanencia, aunque el móvil me cueste 4 veces más. Si Apple quiere vender su teléfono móvil, iPhone, ligado en exclusiva a alguien, desde luego, yo no compraré uno…
La gente de Cupertino sabe que su punto fuerte son los interfaces, y realmente esa es la única excusa para comprarse uno. Antes de que alguien me acribille, no estoy diciendo que esa excusa sea tonta, es más, me parece uno de los motivos más importantes para escoger un teléfono sobre otro (el año pasado pasé unos 15 días con un Windows Mobile y este año compré un Nokia N95, realmente tengo que decir que el interfaz de Symbian le da mil vueltas al de windows, motivo por él cual no pienso tocar un Windows Mobile hasta que remodelen eso…). Su funcionalidad como iPod es un punto muy a tener en cuenta, aunque probablemente te deje sin batería con bastante rapidez (motivo por que yo escucho mi música en un iPod y no en el móvil), pero el resto de funcionalidades, ya las hace hoy en día otro smartphone del mercado.
Cuando escuché a Steve Jobs decir que las aplicaciones para dicho teléfono serían aplicaciones web, realmente lo que pensé se define a la perfección en este titular de O’Reilly Mac devcenter: The iPhone SDK: insult, or opportunity?. Realmente, las aplicaciones web ya estaban disponibles desde un primer momento, no es algo nuevo que inventó Apple para el iPhone. La posibilidad de crear componentes javascript (AJAX) que accedan a alguna función del aparato, supongo que le llevaría como una tarde a los programadores de la manzana de implementar. Y una cosa es un SDK que te permita hacer una aplicación desde cero, aprovechando al máximo las posibilidades de esa interfaz que diseño Apple y que ha dejado a más de uno con los dientes largos, y otra cosa es hacer una página web que se vea bien en la pantallita del teléfono. (Más opiniones sobre esta «forma de desarrollo» en O’Reilly Mac DevCenter: Linkdump y Luarnet: iPhone y aplicaciones web).
Y ya que hablamos de aplicaciones para este teléfono móvil, ALT1040 se hace eco de las primeras aplicaciones para el iPhone. Una aplicación que te permite llevar la lista de la compra, OneTrip, otra para ver Digg, DavidCann iPhone y una para acceder a Twitter, iTwitter. Yo desde luego, sin aplicaciones como Shozu o Nokia Sports Track no se si podría vivir, cuando el iPhone tenga algo parecido será más interesante.
Bien, y básicamente esas son unas cuantas ideas aleatorias sobre lo que probablemente sea uno de los gadgets del año. Mientras tanto me pienso unas cuantas cosas que decir sobre Lepard -no os preocupéis, serán más o menos buenas, pero desde luego, no estarán centradas en las cosas que se centro Jobs en su presentación, usualmente esas suelen ser las que menos me interesan a mí…