Me he comprado el juego de cartas Munchkin, de lo cual obviamente culpo a Blas, un amigo mío que asiste a la tertulia de la Asociación Galega de Ciencia Ficción (Agasf). El juego esta creado por un tal Steve Jackson e ilustrado por un tal John Kovalic. La verdad es que el juego engancha mucho, y divierte mucho más, cuantos más jugadores jueguen… hombre, hasta un máximo de seis, que el juego no trae tantas cartas. Detrás de la caja resume el juego de la siguiente forma:
Baja al Dungeon. Mata todo lo que encuentres. Apuñala a tus amigos y quédate con sus cosas. Toma el tesoro y corre.
Admítelo. Te encanta.
Este juego completo captura la esencia de la «Experiencia Dungeon»… sin todas esas idioteces del rol. Todo lo que tienes que hacer es matar monstruos y coger objetos mágicos. ¡Y qué objetos mágicos! Ponte el Yelmo Cornudo y las Botas de Invocación de Hemorroides, Blande el Báculo de Napalm… o quizás la Motosierra de Mutilación Sangrienta. Empieza masacrando a la Planta en un Tiesto y a la Babosa Babeante, y encuentra la manera de llegar al Dragón de Plutonio…
Munchkin es rápido de jugar y ridículo, y puede llevar a cualquier grupo de jugadores de rol a la risa histérica. Y mientras ríen, puedes robarles lo que lleven encima.
De todas formas yo tengo que confesarlo, realmente lo que quería era comprar el juego para poder aplicar esta regla:
Contradicciones de la Reglas o Discusiones
Cuando las cartas no sigan las reglas. Hazle caso a las cartas. Cualquier otra disputa debería ser resuelta mediante una fuerte discusión entre los jugadores, teniendo el dueño del juego la última palabra.
Si el pasado jueves yo tuviese la última palabra, tal vez pudiese ganar… pero el dueño del juego interpretó las cartas de otra manera… jeje… eso no volverá a pasar ;-).
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