Si hay algo que realmente ha empeorado en la informática en los últimos años es la calidad de los teclados. Así como otros periféricos de entrada como puede ser un ratón o un touchpad han mejorado, los teclados no han hecho más que empeorar. Bueno, esto era así hace más de dos años cuando decidí comprar un Das Keyboard Model S Ultimate, a día de hoy, con el auge de teclados para vídeo juegos, parece que hay un pequeño resurgir de teclados mecánicos.
En enero de 2013 cuando compré este teclado, las posibilidades de comprar un teclado mecánico eran realmente pocas. Y la gran mayoría de ellos con distribución de teclas no española, lo cual realmente no me convencía mucho, cada vez que quisiese teclear un símbolo me iba hacer un lío. Así que al final decidí optar por la versión Ultimate de Das Keyboard. Todas las teclas del teclado no tienen ningún símbolo en ellas, así que o sabía donde estaba la tecla que pulsar o iba a ser un pelín prueba y error.
Este modelo de teclado se vende en dos versiones, una con los mecanismos azules de Cherry y otro con los marrones. Después de mucho leer sobre las diferencias entre ambos, para teclear todo el mundo recomendaba los azules, así que me decanté por esta versión. El mayor punto negativo de los azules es que hacen bastante ruido cada vez que pulsamos una tecla, lo cual puede molestar a gente que tengamos cerca (qué no es mi caso).
Volviendo al tema de que las teclas no tienen dibujado en las mismas que función, letra o símbolo activan me generó ciertos problemas al principio. No para escribir texto en general, para eso ya hace tiempo que no miraba para nada al teclado. Sino para cuando haces una pulsación al azar de una tecla. Me faltaban referencias visuales. Por suerte el fabricante también vende un conjunto de teclas de colores para la típica combinación de vídeo juegos WASD y, aunque ahora no lo doy encontrado en su web, cuando comprara mi teclado también vendían serigrafiadas las teclas de “Alt/Opción” y “Comando”. Cambiar estas últimas teclas fue especialmente crítico para que mi cerebro se diese cuenta que estaba ante una distribución de teclado para Mac y no para PC, lo cual volviendo del trabajo de vez en cuando era un poco difícil hacer el cambio sin referencias visuales.
Como punto de vista negativos indicar que por un lado el teclado es un imán para el polvo. Por mucho que lo limpies a los segundos ya ves motas de polvo sobre su plástico negro brillante. Por otro lado require enchufarlo a dos puertos usb al mismo tiempo para que funcione, de uno saca la energía y de otro manda las señales (no sé si en la nueva versión esto sigue siendo así).
Otros aspecto es que el teclado pesa lo suyo, se nota que todo los mecanismos metálicos montados sobre una plancha de aluminio no hacen al sistema ligero. De todas formas esto lo considero como un punto de vista positivo. El teclado queda más firme en la mesa.
Por último, y enlazando con el punto de la limpieza, el teclado viene con una herramienta para extraer una a una todas las teclas, y así poder limpiarlas de forma más fácil, y ya de paso el fondo del teclado, que siempre tiene pinta de ser un sitio donde se almacena un montón de cosas que no quieres saber que están ahí.
Dos años después considero que mi velocidad de escritura ha aumentado, pero más que nada por forzar a mi cerebro a no recurrir a la vista para saber donde se encuentra un símbolo. Dicho esto de vez en cuando, aunque cada vez menos, cuando trabajo en Lightroom, pulsar algún atajo de teclado se me atraganta (debe ser que pulsar una tecla en concreto de forma aislada es más difícil para mi cerebro que pulsar la misma tecla mientras escribo un párrafo entero).
De vez en cuando, mientras estoy en casa trabajando con este teclado me pregunto si realmente mereció la pena la inversión, si estoy notando la diferencia. No es hasta que voy al trabajo y estoy con el teclado de membrana de la oficina que empiezo a echar de menos mi teclado de casa.