El cuarto día mi estancia por Ginebra y último día de alquiler de coche nos dirigimos a Francia, al pequeño pueblo de Chamonix, que se encuentra a la sombra del Mont Blanc y cerca de la frontera entre Italia y Francia. Escogimos ese día por que las predicciones meteorológicas apuntaban como el mejor para visitar esa zona… camino hasta allí un cielo completamente cubierto por nubes parecía indicar lo contrario.
Una vez en Chamonix todo parecía indicar que la capa de nubes era baja, pero aún así teníamos alguna que otra duda. Mirando los precios de los teleféricos, los 40 euros que costaba subir hasta Aiguille du Midi nos echaban un poco hacia atrás, ¿pero que otra oportunidad íbamos a tener de estar a 3842 metros de altura? Unos minutos después de viaje de teleférico allí estábamos.
El sitio era impresionante, increíble que construyesen eso ahí arriba, y aún más increíble en la época que lo hicieron (1955). Andando con cuidado por las placas de hielo, intentando ignorar el vértigo de la altura y no haciendo muchos esfuerzos por la notable falta de oxígeno.
Nuestras sospechas se confirmaron allí arriba, las nubes que nos tapaban el sol eran bajas, y desde casi 4000 metros de altura realmente parecían un mar de nubes, creando paisajes maravillosos que fotografiar.
Estuvimos por ahí arriba, tomando las cosas con mucha calma, todo el rato que pudimos, nos marchamos casi en uno de los últimos teleféricos. Con una sensación de que esos 40 euros que nos gastamos merecieron la pena.
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Que fotazas! Impresionantes ^^
Las imágenes son fabulosas. Menudo miedo me da la primera foto, canguelo total. Yo sería incapaz con el vértigo que tengo…