Pensamientos navideños (III)

Continuando una pequeña tradición que ya tiene dos años en este blog, vuelvo hacer una entrada con el título Pensamientos Navideños. Copiando una idea que creo que inició Fernand0 y continuó PJorge.

Realmente en está ocasión no es que prestase mucha atención a la llegadas de estas fechas, a pesar de que tengo una amiga que no me para de contar cuantas ganas tiene que lleguen, dado que son sus fiestas favoritas, pero yo he estado un poco distraído con otros temas. Y a pesar que no soy creyente, para mí también son unas fiestas que me gustan por diversos puntos, tal vez tristemente, todos ellos materialistas: la comida de noche buena y noche vieja, los regalos y por supuesto, menos días que tener que trabajar (que por cierto, me dan el 24 y el 31 libres, a ver si pido el 26 y el 2 y consigo por un par de veces 5 días seguidos tranquilos en casita, que hace mucho tiempo que no los puedo disfrutar).

Como decía, yo tenía completamente olvidado el tema de las navidades hasta que está semana he notado que habían puesto ya las luces de navidad por todo Santiago de Compostela. La verdad es que ni sé desde hace cuantos días estaban ya puestas. Realmente soy consciente de que ya las había notado antes, pero mi cerebro no había procesado el motivo de por que aquellas cosas estaban ahí. Fue algo así: «C¡Coño! ¡Si son las luces de navidad!» Como excusa a mi favor decir que todavía no las han encendido, así que no destacaban tanto.

Ahora a pasar esta época, donde todo son compromisos sociales. Compromisos con la familia. Compromisos con la gente que regresa a casa por Navidad y hay que organizar cenas o comidas con ellas. Compromisos con diversas cenas de empresa y grupos de investigación. Y por último, ¿por qué tanta gente que yo conozco nació por estas épocas? (ya llevo la celebración de dos cumpleaños y dos celebraciones más que me esperan para los próximos días).