Siempre he pensado que las medidas de seguridad en los aeropuertos lo único que hacen es incomodar a las personas que quieren simplemente desplazarse de un sitio a otro y para poco valen para parar un posible ataque terrorista. Pero lo peor es que también creo que la situación se puede volver incluso más ridícula de lo que es actualmente. Esta portada del The New Yorker no lo podía expresar mejor
Vía: Guerra Eterna.
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