Habiendo dormido poco la noche anterior, tocaba afrontar la segunda caminata, que según los monitores iba a ser la más dura. En esta ocasión nos desplazamos al ayuntamiento vecino de Quirós, donde nos esperaba la mejor de todas las caminatas que he hecho hasta el momento, dura, pero de increíble belleza. Eso sí, antes de todo esto, un buen desayuno, recoger las cosas del albergue, y una media horita en bus hasta llegar el punto de partida de la misma.
El día se presentaba con un tiempo inmejorable, no hacía mucho calor, pero tampoco frío, lo cual era importante por que íbamos a subir unos cuantos metros. Y en eso consistió toda la primera parte de la ruta hasta la hora de la comida, subir, subir, y seguir subiendo. Cada vez más despacio al hacerse la pendiente cada vez más fuerte.
Como el esfuerzo físico era bastante grande, a pesar de que no habíamos recorrido mucha distancia, hacíamos paradas cada dos por tres, sobre todo en lo que parecían pequeñas zonas que anteriormente se debían dedicar al pastoreo. Ya cerca del punto más alto donde íbamos a subir encontramos a un habitante de la zona.
Pero realmente la sorpresa nos esperaría cuando retomamos el camino. Cruzando unos pequeños arbustos que había donde habíamos parado y un hermoso valle, nos encontramos con una manada entera de caballos, curiosos por si les dábamos algo de comer.
Seguiríamos subiendo un pelín más, pero al final decidimos volver a este valle, y comer allí. El sitio invitaba a quedarse en él el máximo de tiempo posible disfrutando todo lo que se pudiese del paisaje.
Y la comida fue bien acompañada
Después tocó volver a bajar todo lo subido, subirse al bus y otras cinco horitas de viaje hasta volver a Santiago de Compostela.
Más fotos de la ruta en mi cuenta de Flickr.
La ruta realizada
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Hiciste la ruta de los «Puertos de Agüeria». Un saludo.
Pues no me suena ese nombre, así que supongo que no… ¿Por donde es?