Con tantas devoluciones de lo que iba a ser un equipo revolucionario, el equipo de ingenieros que lo desarrolló decide comenzar hacer análisis y tests para determinar donde esta el origen de los problemas. Análisis y tests que debían haber hecho antes de sacar el producto, pero que no realizaron por falta de tiempo (según declaraciones posteriores de Sander, el fallo del Apple III fue que no se le dio unos nueves meses para completar su desarrollo de forma correcta). Siendo estos problemas públicos, Apple decide reducir la promoción del ordenador así como su producción (incluso llegan a paralizarla temporalmente).
Sería deshonesto por mi parte sentarme aquí y decir que es perfecto
Mike Markkula en una entrevista al Wall Street Journal.
El principal problema del ordenador fue la actitud de Steve Jobs ante su diseño. Jobs no quería ningún ventilador en el ordenador, decía que quedaban antiestéticos, eran ruidosos y además incrementaban la interferencia electromagnética (uno de los grandes problemas del Apple II). Pensaba que el chasis del Apple III, diseñado completamente en aluminio ayudaría a refrigerar todos los circuitos electrónicos de su interior. Al mismo tiempo, con el punto de vista fijado en el diseño, forzó a los ingenieros a meter todos los componentes electrónicos en espacios pequeños sin ningún tipo de ventilación posible. De todas formas, en defensa de Steve Jobs, cabe decir que fue este tipo de espíritu y énfasis en el diseño del producto lo que llevaría a la creación y éxito del Macintosh.
El calor producido por los chips y su falta de un sistema efectivo de refrigeración hacía que estos comenzasen a dilatarse por el calor. Esto provocaba que algunos de ellos se saliesen de sus sockets, haciendo que el ordenador dejase de funcionar repentinamente. Apple incluso llegó a recomendar a los dueños de los equipos una posible solución: «levantar el ordenador unos 15 cm por su parte frontal y que lo soltasen dejándolo caer por su propio peso». Se esperaba que de esta forma los chips volviesen a su posición correcta dentro del socket gracias al golpe recibido contra la mesa.
La leyenda dice que Dan Kottke era conocedor de algún problema de este tipo en el Apple III antes de que saliese al mercado. Mientras trabaja en un prototipo que dejó de funcionar repentinamente, en un momento de frustración, lo golpeó y este volvió a la vida repentinamente. Kottke sospechaba de algún tipo de mala conexión. Decidió que él, como uno de los low-enginers de la empresa (denominación que daba Steve Jobs al personal poco importante que no merecía participación en las acciones de la empresa que hicieron millonarios a muchos, a pesar de ser uno de los primeros empleados de la misma), no era quién de indicarle a las autoridades superiores un fallo de diseño de ese estilo.
Pero para desgracia de Apple, la falta de ventilación no era el único problema del Apple III. Algunos cables producían cortocircuitos, al no usar oro para los conexiones estas no eran fiables y el diseño de las placas base tenía fallos graves. Para su diseño se utilizó un programa de CAD-CAM para facilitar el trabajo, pero creó unas placas de circuito impreso con líneas muy juntas, haciendo que durante el proceso de fabricación muchas de las soldaduras provocasen cortocircuitos. Se tuvo que rehacer el diseño de los circuitos impresos a mano para poder solventar esos problemas.
Por si todo lo anterior no fuera poco, el chip de reloj de National Semiconductor funcionaba mal, haciendo haciendo las funciones de calendario y agenda completamente inútiles. El 10 de Febrero del año 1981 Apple decide hacer público que desactiva la funcionalidad de reloj de los Apple III (el chip estaba soldado en placa y no se podía cambiar) y que baja el precio de los ordenadores a 4.190 dólares, devolviendo 50 dólares a la gente que lo compró anteriormente dado que el equipo no cumplía con las características anunciadas.
En Marzo de ese año, el Apple III empieza a ser distribuido en grandes volúmenes. Se estima que el 20% de las máquinas salían de fabrica completamente inservibles, el resto de las que funcionaban fallaban al poco tiempo.
Ante dicha situación, Apple decide actualizar el modelo el 9 de Noviembre del 1981. Se incremente la memoria RAM a 256 KBytes de RAM y el precio baja a 3.495 dólares. Se añade una opción de un disco duro externo de 5 MB (algo realmente interesante, dado que IBM acaba de sacar al mercado su PC y se vendía sin disco duro, eso sí, considerablemente más barato y sin problemas).
Tal y como estaba el panorama Apple comienza a cambiar Apple III defectuosos por modelos nuevos. Esto se hace bajo la política de no hacer preguntas, traías tu Apple III estropeado y se te daba un modelo nuevo de los anunciados el 9 de Noviembre. Se estima de que los 7.200 Apple III iniciales vendidos, Apple cambió de esta forma unos 2.000. Al final de toda la vida del Apple III, Apple cambió más de 14.000 ordenadores.
A pesar de todos los intentos por Apple de salvar su nueva máquina, las cosas no iban bien. A diciembre del 2003 solamente se habían vendido 75.000 unidades, una cifra ridícula si comparamos con los 1,3 millones de Apple II vendidos (el Apple II seguía siendo el éxito de ventas de la compañía). La fama adquirida con las primeras unidades, junto con el escaso conjunto de aplicaciones nativas para la máquina y el bajo rendimiento cuando ejecutaba aplicaciones para el Apple II, hicieron que la máquina no fuese vista con buenos ojos por mucha gente.
Apple anuncia que lo ha conseguido, pero no es cierto
Steve Wozniak hablando de la emulación del Apple II en el Apple III.
En un último intento de salvar las cosas, Apple lanza al mercado el Apple III Plus. Una máquina con 256KBytes de RAM, un reloj interno que funcionaba, nueva placa base, SOS 1.3, vídeo intelacing y mayores posibilidades para conectar más periféricos a un precio de 2.995 dólares. El Apple III Plus llegaría demasiado tarde. El 24 de abril de 1984 Apple decide dejar de fabricar y vender el Apple III para centrarse en sus dos nuevos productos: Lisa y Macintosh (Lisa sería se segundo mayor fracaso de Apple y al Macintosh le costó pillar vuelo hasta convertirse en un producto clave de la compañía, mientras tanto el Apple II mantenía las cuentas saludables).
Más información en
- Wikipedia: Apple III
- Cortland: Apple III Chaos: Apple’s First Failure
- Vetronics Apple World: Apple III History
- Fire in the Valley: The Making of the Personal Computer por Paul Freiberger y Michael Swaine
- Apple Confidential 2 – The Definitive Guide to the World’s most Colorful Company por Owen W. Linzmayer
- iWoz por Steve Wozniak y Gina Smith