Nami Klein en unas 400 amenas y densas páginas, envidiablemente escritas, presenta a un mundo empresarial, donde a finales del siglo pasado, hubo un cambio radical en su filosofía. Una empresa ya no se caracterizaba por sus productos, sino por su marca. Es la marca lo que tiene valor, el producto que venda pasa a ser secundario. El producto pasa a ser una mera necesidad para que la marca exista, un mal menor que no se puede eliminar.
En ese intento de hacer que la marca sea lo más importante vemos como muchas estrellas tanto de la música como del deporte intentan hacer de su nombre una marca, una marca que al asociarla con productos estos se vendan por el nombre que tiene encima. Al mismo tiempo las marcas tratan de crear tendencia, hacer que la gente para ser cool tenga que llevar ropa de marcas adecuadas -curioso que en Estados Unidos se les de a una poca gente de barrios de clases baja para que creen tendencia, después copiadas por clases medias o altas.-
Obviamente las marcas han llegado a todas partes, desde la calle con carteles y anuncios en cada esquina, hasta los medios de comunicación. Medios donde un editor tiene que modificar los artículos para que hablen bien de la compañía padre o donde un artista tiene que modificar las letras de sus canciones para que no digan nada ofensivo a la imagen que su editorial quiere dar. Este proceso que hace algún tiempo podría considerarse como censura, ahora no es más que otro paso en el proceso de edición.
It’s not Art for Art sake as much as Art for Ad’s sake
Me gustó en especial el momento de autocrítica mientras la autora citaba que las marcas estaban asociando su nombre a causas como «igualdad mujeres-hombre,» «tolerancia,» «igualdad»… mientras que los grupos activistas se centraban cada vez en problemas más pequeños en sus comunidades o entre ellos mismos. Cuando se dieron cuenta, las marcas ya tenían globalizado el mundo. Curiosamente es este proceso de globalización de las cosas lo que esta ayudando a que las marcas no puedan ocultar todo lo que hacen. Hoy en día lo que pasa en cualquier parte del mundo, puede conocerse en cuestión de segundos en el otro extremo del mundo.
La situación del activismo cambia en los años 90, los grupos activistas comienzan a cambiar su atención de los gobiernos a las marcas. Curiosamente la imagen de la propia marca, esa que han intentando crear como algo que todo el mundo quiere, es su talón de Aquiles. Asociar a una marca con cosas malas y que ese mensaje lo entienda la población es la mejor forma de hacerles el daño suficiente como para que puedan revisar su políticas.
De la contraportada
«A complete, user friendly handbook on the negative effects that ’90s überbrand marketing has had on culture, work, and consumer choice.»
-The Village Voice
«Energetic and optimistic, Ms Klein incarnates [her] generation’s invention of the North American left.
– The New York Times
«What corporations fear most are consumers who ask questions. Naomi Klein offers us the arguments with which to take on the superbrands.»
– Billy Bragg
«No Logo has been a word-of-mouth sensation, giving voice to a generation of people under thirty who have never related to politics until now. The band Radiohead were so inspired by No Logo that the have banned corporate advertising from their British tour, deeming all venues ‘logo free.’… Naomi Klein might just be helping to reinvent politics for a new generation
– Katherine Viner, The Guardian (U.K.)
«The Das Kapital of the growing anti-corporate movement
– The Observer (London)
«Klein is a sharp cultural critic and flawless storyteller. Her analysis is thorough and thoroughly engaging.»
– Newsweek.com
Boin in Montreal in 1970, Naomi Klein is an award-winning journalist. She writes a weekly column in The Globe and Mail, Canada’s national newspaper, and is also a frequent columnist for the British Guardian. For the past five years, Klein has travled thoughout North America, Asia, and Europe, tracking the rise of anti-corporate activism. She is a frequet media commentator and has a guest-lectured at Harvard, Yale, and New York University. She lives in Toronto. You can visit her sit at www.nologo.org.
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