All of this is bringing me back to my initial conclusions on things. The iPhone is truly a mass market device that is designed to bring aspects of mobility many of us take for granted to a much wider audience. While certain aspects of the experience are undeniably wonderful (browsing, syncing and connection switching to name a few), they don’t outweigh the needs (HSDPA, DUN, Applications, image and video capture, and local storage) I have on which the iPhone falls very flat. I can’t help but think how nice that upcoming N958GB NAM device is going to be when it arrives … a larger screen is always a good thing for reading as much I do on the go.
atmaspheric | endeavors: A couple of days with the iPhone has me right back to the N95
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Un excelente comentario y algo que a veces los que estamos metidos en esto no podemos ver.
Es cómo el anuncio de televisión de no-se-realmente-quién cuyo slogan es «Reivindica lo simple» y es algo que le sucede con alarmante frecuencia a los usuarios de Linux.
Es común que se nos olvide que porque nosotros sabemos hacer algo no significa que sea simple o intuitivo. La mayor queja de mi madre al ver mi nuevo Nokia fue que el tipo de letra era muy pequeño y que en la agenda no le enseñaba de forma obvia los teléfonos de la gente. Ella usa el teléfono para llamar y enviar/recibir SMS y, recientemente, MMS.
Lo que mi madre hace en los moviles modernos es memorizar como llegar a lo que ella necesita y la memoria es totalmente muscular. No entiende la logica de como llega ni lo que hay alrededor de las opciones que selecciona. La cantidad de opciones y configuraciones le rebasa y así lo admite.
Sin embargo en un iPhone (que dice la voz popular casi no puede hacer nada comparado con lo que hay en el mercado) no es difícil ni hay ningún problema en navegar por web, ver emails o escuchar música.
La razón del éxito del iPhone (el cual yo no uso pero no por ello dejo de reconocer) es que ha hecho lo mismo que la Wii y la Nintendo DS: Ha reconocido la existencia de usuarios no-expertos que resultan ser la mayoría. Les ha dado un sistema que les permite hacer cosas que antes pensaban cosa de «los que saben» y lo ha hecho sin perder estética o sensación de poseer tecnología punta.
Todos esos argumentos de todo lo que el iPhone no puede hacer son precisamente las razones por las que tanta gente, la mayoría un mercado diferente al del de los que si pueden, está encantada con él.
Es cómo cuando un usuario de Linux arguye con un usuario de Mac y alguno de los dos piensa que se está discutiendo en el mismo campo cuando, realmente, no es así. La falacia de los números es algo en lo que caemos sin darnos cuenta y es difícil salir de ahí.
Tomemos los SMS a más de un destinatario. A mí me dio un poco de risa y vergüenza cuando Jobs lo anunció con bombo y platillo como una de las funcionalidades de la actualización del iPhone. Yo llevo usando múltiples destinatarios desde al menos 5 años al fin y al cabo.
Pues resulta que el verdadero mercado meta del iPhone no hace múltiples destinatarios. Exceptuando las grandes juventudes del mundo (quienes pueden pillar un iPhone por razones muy diferentes y más relacionadas con popularidad y coolfactor) la gente se asombra cuando yo envio SMS a varias personas (lo comprobé hace dos años cuando mi padre estaba en el hospital y la misma gente se volvió a asombrar cuando lo hacia desde el hospital en diciembre).
Lo mismo sucede con poner llamadas en espera o hacer conferencias. Ha estado disponible por años pero la gente no suele usarlo y ahora les han dado una forma tan obvia de hacerlo que lo consideran característica del teléfono, no de su compañía de teléfono.
Algo que intento constantemente desde que me di cuenta de este efecto es ponerme, realmente, en los zapatos del usuario promedio y recordarme, constantemente, que yo no soy «lo normal» ni que lo que yo sepa sea realmente lo que todos deban saber. Lo que para mí es fácil y simple y obvio para otros es rebuscado, críptico y confuso.
Olé a Apple (y a Nintendo, y a TomTom) por hacer que ciertas cosas no sean sólo para algunos (usualmente nosotros) sino para todos. Y Olé porque hacen que los demás se pongan las pilas y entiendan que hay más de una forma de hacer nuevos productos y ganar nuevos mercados aparte de «bigger, faster».
Coño Eduo… no se si hacer una entrada con todo eso con lo que has escrito… me ha gustado mucho…
Jonathan Green (el de Atmasphere | endeavors) que cito más arriba es una persona que siempre ha comentado eso en varias de sus entradas del blog… lo veo un poco como yo mismo, a mi no me importa que las cosas sean complicadas de hacer, sino la funcionalidad de las mismas… pero soy consciente de que otra gente no sería capaz de aprovechar un dispositivo que tú o yo podemos sacarle algo de jugo… y un dispositivo como el iPhone, que para nosotros puede parecer limitado, es ideal para ellos.
Por cierto, me ha gustado tu comentario sobre tu madre y tamaño de letra, yo soy miope, así que ver cosas pequeñas no me importa, acerco un poco más el móvil y mi ojo es capaz de enfocar. Pero este último año, en mi trabajo, he conocido a bastante gente con prisbicia, y conseguir enfocar letra pequeña les cuesta mucho y echan pestes de los fabricantes de móviles.
Si de hecho yo creo que es todo un arte saber dónde decir «hasta aquí» y ponerte a asegurarte que lo que has puesto funciona realmente bien. Es muy difícil (y lo digo como alguien que no ha sido capaz cuando hace aplicaciones) de decir que «No» a alguna funcionalidad en vez de pulir la existente hasta que usarla sea totalmente natural.
Lo de mi madre es gracioso porque sí, echa pestes pero no las echa del iPhone porque aún a pesar de la altísima resolucion (150ppp) las letras e iconos son grandotes (algo que a muchos, a mí incluído, se nos pasaría por alto, queriendo aprovechar lo más posible esa resolución superior poniendo muchos iconitos pequeñitos, algo de lo que peca Windows Mobile o Palm, por ejemplo).
(Hablo de resolución real: densidad de puntos. No se lo que popularmente llamamos resolución que es alto x ancho, que no se vuelve resolución hasta meterle una medida por lado)
Opino que el tamaño de las tipografías debería ser siempre ajustable por ley. Es especialmente frustrante cuando a mi madre le enseñan un teléfono y le muestran lo grandes que salen los números al escribirlos pero al escoger una entrada en la agenda el tamaño es minúsculo. Mientras tanto ya le han vendido un móvil que no le sirve y para el que tiene que llevar una agenda en papel (que ya odia, moderna que es que hasta blog tiene) porque si no no se entera.
Sí, lo de la agenda es una de las cosas de lo que se queja mi jefe… dice que para el es un coñazo tener que poner las gafas simplemente para saber quién le llama en el medio de la calle… intenté buscarle temas con letras más grandes, pero no hubo suerte…