El otro día probamos el juego de mesa Tikal, un divertido juego en cuya partida quedé de último, pero esos son detalles que podemos olvidarnos por el momento, dado que no vienen a cuento, solamente cuando gano son importantes ;-)… ¿Dónde estaba yo?… ahh sí, Tikal… en Tikal nos convertimos en un directores o jefes de un grupo de exploradores de la región de Tikal, con el objetivo de encontrar templos y tesoros antes que los equipos rivales.
Este juego combina una gran multitud de fases, fases donde debemos pujar, que hacen que los turnos nunca se jueguen en el mismo orden de jugadores, fases donde podemos realizar diversas acciones, cada una con un coste de puntos de acción, de los cuales tenemos 10 y una fase de puntuación que se juega cuando aparece una ficha volcán.
A pesar de todo, me resultó un juego bastante fácil de jugar, aunque claro, después de tantos juegos probados, ya todos me parecen que tienen una dinámica fácil de jugar, lo cual no quiere decir que sepa crear extrategías buenas para cada uno de ellos, -tendré que irme a los wargames con manuales de más de 100 páginas-. Lo que quería decir con todo lo anterior es que no me hagáis mucho caso con el anterior comentario.
Tikal es un juego para cuatro jugadores, los cuales empiezan con vente puntos de victoria (creo que existe otra modalidad de juego que no comienza así, pero no lo probé). Lo primero que tienen que hacer es pujar por una de las cuatro fichas hexagonales que después pueden colocar en el tablero. Dicha puja se realiza con puntos de victoria. Dicha ficha puede contener diversas cosas, un templo con diferentes puntos de victoria en el, diversos tesoros para desenterrar, una pradera donde poder montar un campamento o un volcán. El jugador que más puje coge la ficha que desee y así sucesivamente, excepto el último, que coge la ficha que quede. Cada jugador con su ficha, en el orden en el que se ganaron las pujas puede hacer diversas acciones que cuestan puntos de acción, de los cuales tiene 10 por turno exceptuando en el caso de que tenga la ficha del volcán.
De la diversas acciones, cada jugador puede poner nuevos exploradores en el tablero, puede desplazarlos a otras fichas (dichos desplazamientos solamente se pueden hacer a través de caminos especiales entre fichas, marcados por figuras de piedras, pasar por cada una de esas piedras cuesta un punto de acción), puede hacer que ese templo tenga un nivel más y de más puntos de victoria en la fase de puntuación, puede excavar un tesoro (las combinaciones de tesoros dan puntos de victoria en la fase de puntuación), puede crear un campamento, lo que le permite desplazar exploradores de forma más barata y también puede sacrificar todos los exploradores que tenga en un templo y quedarse con ese templo en exclusiva para el resto de fases de puntuación que queden.
Cada vez que alguien coge una ficha de volcán hay una fase de puntuación. El que cogió la ficha tiene 10 puntos de acción, los cuales una vez terminado se le puntúa. Por cada templo que tenga mayoría de exploradores o donde haya realizado un sacrificio obtiene los puntos de victoria que tenga el templo. También obtiene puntos de victoria por combinación de tesoros. Después le tocará a la persona que tenga a su lado para realizar 10 acciones antes de mirar su puntuación, y así sucesivamente. Al finalizar esto, el que cogió la ficha de volcán, tiene otros 10 puntos de acción para mover sus exploradores y demás acciones que puede realizar.
Como ya os dije me ganaron, mejor dicho, nos ganaron, dado que yo jugaba en pareja con Soraya, por algún motivo les hacía a los otros mucha gracia vernos discutir cual era nuestro siguiente plan de acción.
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Y sigo opinando que tenía que ser obligatorio jugar siempre por parejas. Lo más divertido es ir oyendo las ideas y tacticas que se ocurren y como se debate cual usar.
Claro, y así los demás sabéis perfectamente como pararnos los talones…