Ayer, por fin jugamos nuestra primera partida completa a Perikles. Hace unos días habíamos jugado un turno para ver como era su funcionamiento y tengo que confesar que no me había convencido mucho. Después de una partida completa, el juego ya me gusta mucho más 😉
El juego se ambienta en la Grecia clásica, donde necesitamos ganar las elecciones en las distintas ciudades más importantes: Atenas, Sparta…, ya sea proponiendo candidatos, votos en forma de cubitos -al final estos deciden quién ganan entro los dos candidatos que se presenten en una ciudad- o matando candidatos o cubitos de tus adversarios. Al final de esta primera fase obtienes dos cosas, ser el gobernante de la región, y el control de los ejércitos de la misma, muy importante, dado que en la segunda fase llega el turno de las batallas.
La segunda fase de cada turno es decidir quién gana una serie de batallas. Y según parece, siguiendo un esquema de lucha muy parecido a los clásigos war games, y digo según parece, por qué yo nunca he jugado a ninguno. Básicamente, por turnos, cada uno va colocando en cada una de las posibles batallas sus soldados por turnos. Si en la fase anterior, no has controlado ninguna ciudad y no tienes tropas propias, juegas con los persas, que se pasaban por allí con ganas de camorra. Al final, según las tropas que coloques, y usando una tabla de equivalencias, a través de una serie de tiradas de dados se decide quién es el ganador.
Al finalizar la segunda fase del turno, los líderes de cada ciudad se mueren y se les construye un monumento, cuantas menos batallas perdiese esa ciudad, más valdrán esos monumentos al final del juego.
Después de jugar el primer turno me quedó claro que lo de combatir no era lo mío, en lo que yo suponía que sería un combate fácil, perdí, así que en el segundo turno me dediqué más a la política y a controlar ciudades para conseguir monumentos. Estrategia que casi me funciona -quedé segundo- sino fuese por qué el juego se terminó antes de que a mí me gustase, a parte del hecho de que a los otros jugadores les empezó a gustar a usar mi cubitos para proponerlos como candidatos contra otros jugadores, los cuales al final de la partida son menos puntos por tener menos cubitos sobre el tablero. Si os gusta los juegos donde puedes basar toda tu estrategia en jorobar a tus adversarios, este sin duda es una apuesta segura.
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