Alguna veces hay noticias que te alegran un poco el día. Por un lado leo en Boing Boing que un grupo numeroso de artistas canadienses se han juntado para pedir que la nueva ley de la propiedad intelectual en el país sea equilibrada. Sus propuestas centrales es un acceso «justo» por parte del usuario al material con copyright, rechazando la idea de que se les deba dar a los artistas más control sobre sus obras; seguridad de poder acceder a material con copyright para uso creativo del mismo a través de sistemas de uso justo y, por último, que sistemas del tipo DRM no impidan la transmisión de material con copyright.
Por otro lado, a través de Menéame, me entero de que un grupo de parlamentarios británicos ha expresado su preocupación en cuanto a los sistemas DRM. Creen que las empresas que los usan deben dejar muy claro que restricciones les imponen al usuario en sus productos y que prácticas como las de los CDs de Sony-BMG que instalaban un rootkit en el ordenador serán perseguidas por la ley en el Reino Unido. Un grupo de políticos que piensa en sus electores antes que en las empresas… cuando la SGAE se entere…
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