Para «invertir», dicen. O para los hijos. O para hacerse un patrimonio. O para que la abuela tenga tres casas diferentes, una para cada estación del año. A fin de cuentas, como bien es sabido, la vivienda es junto con los sellos el único bien que nunca, nunca, se devalúa.
¿Quién quiere poner pasta para I+D o para arriesgarse montando una empresita de servicios si sabe que razonablemente esa pasta le dará un rendimiento estratosféricos dedicándose a construir casitas dentro del tinglado de locos fomentado por todos? [Más en: La Página Definitiva: INVERSIÓN, ESPECULACIÓN, BURBUJAS Y ESTAFAS A GRAN ESCALA]
Vía: Escolar
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