Ayer me llamó un amigo para ir al cine a ver V for Vendetta. Tengo que confesar que fui con serias dudas sobre la película, las últimas adaptaciones de cómics que he visto en el cine dan pena (con alguna excepción como Sin City), además, estaba dirigida por los creadores de Matrix, lo cual sería un punto a favor si no hubiesen dirigido Matrix II y III. Lo bueno de ir al cine con pocas esperanzas es que después si la película es algo buena te llevas una alegría.
La película tiene las dosis de acción necesarias y muchos diálogos, lo cual me ha dado ganas de verla en versión original para comprobar todo lo que me he perdido en el doblaje. Los motivos del personaje pueden considerarse egoístas, venganza personal para hacer pagar con la misma moneda a aquellos que lo maltrataron, pero al mismo tiempo, en sus planes personales, ayuda a un pueblo a sublevarse contra un totalitarismo injusto.
Y ese último punto es donde la película toma polémica, y realmente, cuando hay grupos de gente que protesta por los contenidos de una película, realmente debe merecer la pena ir a verla. La dictadura en la que se encuentra la Inglaterra ficticia de la película se creo a partir del miedo del pueblo, miedo al terrorismo, a la inmigración, a la violencia, a las guerras, al desempleo, a lo que es diferente… y los políticos aprovechando estos miedos, consiguieron arrebatar al pueblo, poco a poco, de sus libertades más básicas mientras estos las cedían voluntariamente, y los pocos que se daban cuenta de lo que pasaban eran torturados y asesinados. Todo este proceso, ilustrado con imágenes de cosas que están sucediendo en nuestra actualidad. Como colofón final, la película nos dice claramente que el que tiene el poder en un país es el pueblo, y mientras este no quiera hacer algo y este unido, nadie puede obligarles a hacerlo…
Recuerden, recuerden, el 5 de noviembre, el complot de la pólvora y la confabulación. No existe motivo para el olvido de la pólvora y la traición.
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