Esta es la segunda parte de la historia de Pixar, la primera parte la podéis leer aquí.
La idea de hacer una película entera de animación por ordenador presentaba dos serios problemas: dinero y tiempo. El concepto era sencillo, a través de software de ordenador podías crear animaciones a través de la colocación de polígonos, cuantos más polígonos, más detalle y mejor calidad tendría la animación. A eso le añadías elementos como luz, textura (esto vendría bastante más adelante), etc… lo cual también tenía que ser calculado por un ordenador. Hacer el software que hiciese eso no era difícil, lo difícil era que un ordenador hiciese los cálculos. Ed y Alvy echaron cuentas, una película entera de animación a finales de los 70 requería 1000 millones de dólares, teniendo en cuanta que de aquella las películas costaban entorno a 20 millones, era una suma considerable. Sin echarse para atrás, nuestros dos protagonistas calcularon que cada avance de la tecnología informática, que habitualmente involucraba un abaratamiento de la misma, haría que los costes se convirtiesen en razonables a mediados de los 80 o finales de los mismos. Mientras tanto, su tarea consistía en perfeccionar y mejorar su software.
El multimillonario que los mantenía, Alexander Schure, tenía un sueño, quería crear la nueva Walt Disney, convertirse en un punto de referencia de la animación mundial. A parte de investir sus esfuerzos en animación informática que aun no había dado ningún fruto, también tenía en paralelo un estudio de animación clásica. La primera película de dicho estudio fue tan mala, que Ed y Alvy decidieron que había llegado el momento de buscarse trabajo fuera.
Su primera opción fue hablar con Disney, pero no estaban interesados. Hay que reconocerlo, el fundador de Disney había muerto, y la gente que la dirigía en ese momento, prefería seguir con su fórmula clásica que tan buenos resultados les había dado. Mientras Ed y Alvy pensaban que otro sitio podría acogerlos, todo en secreto, dado que temían las consecuencias si Schure se enteraba de sus planes de marcharse, una opción inesperada apareció delante de su puerta, en forma de George Lucas.
George Lucas tenía un problema, en su película Star Wars, los efectos especiales habían sido muy costosos. Cada una de las espadas láser habían sido pintadas a mano fotograma a fotograma (¡24 por segundo!), cada nave espacial que salía en la película, también tenía que ser añadida una a una fotograma fotograma, y había escenas que involucraban flotas enteras. Demasiado tiempo, demasiado dinero gastado en ello. Lucas mandó a uno de sus empleados que investigase si los ordenadores podrían ayudar en automatizar dicho proceso, después de todo, era una tarea engorrosa y repititiva, ideal para una máquina. Poco tardó en ponerse en contacto con el grupo que encabezaban Ed y Alvy.
Era la oportunidad que estaban buscando, ¡Alguien serio de hollywood interesado en animación por ordenador! En un corto periodo de tiempo, y de uno en uno, fueron abandonando sus puestos de trabajo de Nueva York, pasando por algún trabajo intermedio y terminando al final en Industrial Light & Magic (ILM), la empresa responsable de los efectos especiales de George Lucas. Esa ruta no directa a ILM era para evitar que su anterior patrón, Alexander Schure, se enterase que sus empleados se estaban escapando a lo que podría considerarse como su competencia.
Pronto se darían cuenta que su estancia en ILM no iba a ser tan interesante como esperaban. George Lucas no estaba interesado en hacer una película de animación por ordenador, para él, a parte de usarlos para resolver su problema con las espadas láser y las naves espaciales, no valían para nada más. Necesitaban de alguna forma demostrarle el potencial del software que habían desarrollado. Curiosamente la solución vino de la mano de una franquicia de la competencia: Star Trek.
ILM había ganado mucha fama haciendo los efectos especiales de películas de Lucas, así que fue contratada por la Paramount para realizar los efectos especiales de Star Trek II: La Ira de Khan. Para dicha película había diseñada una escena, la Onda Génesis, un efecto especial que involucraba un planeta donde poco a poco se iba originando la vida a través de un hipotético experimento científico. Era la oportunidad perfecta, querían impresionar a Lucas, una persona que de aquella se centraba mucho en técnicas que involucrasen complejos movimientos de cámara. La escena del Génesis involucraba una serie de movimientos que eran imposibles para una cámara física realizar, un salto de una nave espacial a un planeta donde a su alrededor iba surgiendo la vida de la muerte.
Esta sería la primera escena generada integramente por ordenador que se incluiría en una película comercial, si no os impresiona, tener en cuenta que estamos hablando del año 1982. Mientras estaban terminando la escena, Lucas se pasó por donde Alvy estaba trabajando, vió la animación y únicamente comentó
– ¡Gran movimiento de cámara!
Lo habían conseguido, Lucas estaba convencido de usar efectos especiales generados por ordenador en sus películas, el único problema era un divorcio que se le venía encima.
Esta historio será continuada mañana, Miércoles, con la publicación de su tercera parte de seite que la componen.
{ 4 trackbacks }
{ 2 comentarios… read them below or add one }
Muy interesante !!! Enhorabuena !
Sí lo consigo acabar, ayer había calculado 5 partes a primera hora de la mañana, al final calculo 7… o eso espero…