El último martes de Agosto nos levantamos a las 8 de la mañana, como venía siendo habitual en nuestra pequeña estancia en Amsterdam. Para hoy teníamos planeado dar una vuelta en bicicleta hasta los pueblos vecinos viendo lo diques.
Una vez bien desayunados y después de pillar unos bocatas, bebidas y postre para el camino, nos fuimos a alquilar las bicicletas. El primer sitio donde probamos ponía que se alquilaban en la recepción del hotel que tenían en frente, después de esperar varios minutos y ser atendidos por dos personas diferentes nos dirigieron a otro local. Como no localizamos ese local, decidimos ir al siguiente sitio de alquiler de bicicletas que conocíamos en Amsterdam y no perder más el tiempo.
En Orange Bike alquilamos dos tourbikes, que básicamente eran dos bicis normales con cambio de 3 marchas, ideales para poder desplazarse por un terreno casi plano con cierta velocidad. Una vez pagado el alquiler, nos toco dirigirnos a pillar el Ferry para ir al otro lado del canal IJ.
Seguíamos las indicaciones de la guía para movernos por Amsterdam, las cuales eran un poco vagas, por lo que hicimos lo lógico en este caso, nos perdimos. Hubo que volver a coger el GPS para localizar el camino correcto.
Una vez que camino, tocó ir por encima del dique desde Amsterdam hasta Uitdam. Ir por encima del dique impresionaba un poco, dado que era evidente que el mar estaba bastante más alto que la tierra que teníamos a nuestro izquierda. Como les suba la marea se les va media Holanda.
Cerca de la 13:30 llegamos al dique-puente que unía la isla de Marken con Uitdam (isla por algún tiempo, dado que le estaban haciendo otro dique para unirlo por el otro lado y ganar más terreno al mar). Allí había un pequeño campo con mesas para comer y descansamos un rato mientras dimos cuenta de nuestros bocadillos. También nos fijamos en el enorme tamaño de las arañas holandesas con respecto a las de Galicia, les deben vitaminas o algo así…
Después de descansar un ratillo cogimos de nuevo las bicis para ir hasta Marken. Mi compañero tuvo un pequeño problema técnico con la bici, pero un amable holandés nos presto una llave inglesa para poder arreglarlo y continuar nuestro viaje sin problemas.
El camino de vuelta lo hicimos a través de las waterlands, fincas separadas por gran cantidad de pequeño canales que tenían ocas y patos. Supongo que cuando llueve la mitad del terreno se inunda. Gran cantidad de vacas y ovejas en esas fincas.
Desplazarse por esos sitios era fácil, dado que todos los carriles bici estaban bastante bien señalizados. Los problemas vinieron cuando nos acercamos a Amsterdam de nuevo. Los carteles desaparecían y se hacía difícil encontrar el camino hasta en embarcadero de los ferrys para tomar el camino de vuelta a nuestro hotel. El GPS volvió a sacarnos del apuro.
Una vez devueltas las bicicletas, ya eran las 6 de la tarde. De vuelta al hotel para ducharnos y descansar un rato paramos en un par de tiendas. Curiosamente terminé comprando 3 libros más de Haruki Murakami, lo sé, soy una persona débil.
Mi compañero tenía la cena del congreso así que me dejo solo, me dediqué a pasear un rato, sacar alguna que otra foto nocturna. Cuando terminaron la cena me reuní con ellos para ir a tomar algo por Amsterdam antes de regresar al hotel para dormir y comenzar temprano el día siguiente.
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