El lunes pasado, Pedro, CP, Master y yo probamos el juego de mesa Gloria Mundi. En el mismo somos unos romanos que intentamos huir de Roma en su caída, cuando entran los Godos por lo que es actualmente el norte de Italia. Nuestro objetivo es ser el primero en llegar a Cartago o, en su defecto, ser el que más cerca esté de Cartago cuando los Godos lleguen a Roma (ciudad).
Al principio del juego, nosotros, los romanos, salimos desde Roma, mientras que los Godos entran por el norte. Para que el Godo no avance, tenemos que hacerle tributos, que pueden ser de comida, oro, paz o gloria. En caso de que nadie haga tributo, el Godo avanza hasta la última posición del último tributo. Más adelante explico las consecuencias de esto.
A cada jugador se le dan una serie de cartas al comienzo de juego. Dichas cartas representan las cosas que podemos producir: paz, oro y comida. En cada turno, un jugador debe bajar una de estas cartas, y producirá tantos elementos como número de cartas de ese tipo tenga, excepto que exista una ciudad sobre ella. En caso de que tenga una ciudad, se pueden ejecutar los poderes de ellas. Los demás jugadores también producirán de ese mismo tipo de carta, por lo que hay que tener cuidado, lo que te beneficie a tí, puede minimizar mucho más a tu rival.
Cada jugador en su turno debe destapar una nueva carta de ciudad, y tiene opción a comprarla por el precio que marque esta y en la casilla que se encuentre. Dichas cartas te dan opciones especiales. Como avanzar más casilla en vez de producir. Producir más de lo que esperabas, proteger cartas tuyas de las iras de los Godos, cambiar productos por otros… Una vez el jugador hace todo esto, puede decidir si desea dar ofrenda a lo Godos o no.
Cuando alguien no hace el tributo al Godo, tal y como dije antes, este avanza hasta la posición del último tributo. El jugador que no hizo el tributo tiene que decidir de que carta se deshace, la cual tiene que corresponder con los tributos previos que existan sobre el tablero. El siguiente jugador escoge otra ficha de las que se tributaron antes y pierde la carta correspondiente. Si no puedes deshacerte de ninguna carta, pues pasa el turno hasta el siguiente que pueda -es importante saber de que deshacerse en cada momento.- Una vez termine esto, por turnos de nuevo, cada jugador vuelve a coger para sí mismo los tributos, hasta que no queden más en el tablero.
La verdad es que en la primera partida tardé en pillarle el ritmo del juego. Para cuando podía hacer ya una estrategia ya no tenía ni remotas posibilidades de ganar. De todas formas me pareció que tenía bastante potencial, a ver si lo jugamos otro día para que yo le pueda coger un poco más el truquillo.
Más juegos de mesa comentados en este blog: Punto de Inflexión: Juegos de Mesa Comentados.