Este es otro de esos juegos que también tenía que haber comentado hace ya algún tiempo y del cual solamente jugué una partida, así que probablemente me olvide de detalles importantes. En somos unos exploradores que viajan a Egipto para desenterrar todo tipo de reliquias. En las excavaciones competiremos con otros exploradores, y de ganarnos el favor de diferentes mecenas que nos ofrecerán la posibilidad de ganar más puntos al final del juego.
Cada jugador dispone de 8 exploradores al principio de juego, que deberá colocar en 4 regiones diferentes y interconectadas entre ellas -6 en la última ronda.- Para ello debe seguir una serie de reglas, como que solamente puede colocar un explorador al principio. Si después coloca otros exploradores colocados al lado de ese, puede colocar hasta un máximo de dos de forma contigua -estos comportamientos se pueden modificar por una serie de cartas especiales.- El objetivo es conseguir tener más exploradores en una zona que tus rivales, dado que solamente el primer y segundo jugador con más exploradores en esa zona van a llevar algún tipo de recompensa -en algunos casos el tercero también, pero depende de las decisiones de los dos anteriores.-
Cada una de las regiones de exploración contiene dos cartas. El jugador que más exploradores que colocase en esa región escoge que carta pillar, también puede mandar uno de sus exploradores al museo, pero de eso hablaré más adelante. Las cartas que te permiten realizar diversos tipos de acciones especiales. Alguna de estas cartas te pueden dar puntos simplemente por el hecho de cogerlas.
El museo que se encuentra en otro tablero contiene cinco regiones distintas. Tu objetivo es colocar exploradores en ellas que supuestamente están preparando una exposición de los artilugios que has desenterrado. Según en la zona donde coloques esos exploradores, te darán más o menos puntos, incluso ninguno, dependiendo de las cartas de mecenas que hayas cogido anteriormente.
En mi primera partida realmente creo que jugué muy mal la parte del museo, y en casi ningún momento intenté entorpecer las acciones de mis compañeros, lo que probablemente hubiese hecho la partida mucho más divertida, al menos, para mí. Tendré que jugar otra vez para ver que posibilidades depara.
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Es curioso por que es el primer juego que compré en esta época de renovado vicio y ahí sigue sin estrenar 🙂
Si, algo comentó Pedro de que tú lo tenías pero que nunca lo habíamos jugado.
Tengo desde hace tiempo el juego, y pese a haber jugado bastantes partidas no decae en interés.
Eso si, tal y como apuntas, es imprescindible «putear» tanto en las áreas de excavación como en la entrada al museo.
Un saludo.
Si, lo de la entrada al museo es algo a lo que tengo que cogerle un poco más de maña… pero hace tiempo que no jugamos a este juego, tantos por jugar y tan poco tiempo para jugarlos…