Cleopatra

Hacía tiempo que no comentaba ningún juego de mesa en este blog, desde luego, este va a ser el primer juego que comente este año aquí. Lo primero que llama la atención del juego de mesa Cleopatra es lo vistoso de tanto sus fichas como tablero. Y es que, la propia caja forma parte del tablero, lo cual creo que es algo único, por lo menos, es el único juego que conozco donde esto es así.

En Cleopatra somos constructores del antiguo Egipto donde tenemos que hacer el templo de Cleopatra, honrada o deshonradamente. En cada fase del juego podemos hacer dos cosas, coger cartas, las cuales nos permitirán construir cosas, o construir cosas con las cartas que tenemos en la mano.

En la fase de coger cartas podremos escoger entre varios montones. Hay que tener cuidado por que nunca podemos tener más de 10 cartas en la mano, si eso pasa, nos ganamos símbolos de corrupción. También tenemos que tener cuidado con que cartas cogemos, dado que algunas de ellas estarán corruptas y al usarlas posteriormente en la fase de corrupción nos darían más puntos de corrupción -ya se sabe, ni en el antiguo Egipto la construcción se libraba de la lacra de la corrupción-.

En la fase de construir podremos hacer diversas cosas, poner columnas, esfinges… cada uno de los items que construyamos nos dará diversos puntos de prestigio, que serán con los que ganemos el juego. Después de que cada uno construya hay que tirar unos dados. Cuando todos los dados tengan marcados el símbolo de sacerdote, tendremos que hacer una ofrenda, el que haga la mayor ofrenda en puntos de prestigio, se le quitan puntos de corrupción, el resto ganará puntos de corrupción según la ofrenda que realicen.

Al final del juego gana el que tenga más puntos de prestigio, con una pequeña excepción, el que tenga más puntos de corrupción es tirado a los cocodrilos y muere dolorosamente, creo que era una medida que debían aplicar en la actualidad para parar la especulación inmobiliaria, pero a mí es poca la gente que me hace caso en estos temas.

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